Cada 7 de julio se celebra el Día de la Conservación del Suelo, en honor al Dr. Hugh Hammond Bennet, quien siempre buscó la preservación de este recurso natural.
En el suelo crecen las plantas, el alimento del hombre y animales, además de esto, es el medio por el cual éstas absorben el agua y los suficientes nutrientes para desarrollarse. Por esto, el ecosistema sufre cuando existe una conversión del suelo para otros usos, como: construcción de redes de transporte, redes eléctricas y represas. Esto únicamente provoca el deterioro del suelo y daño a áreas verdes.
La degradación del suelo se da cuando el hombre le da usos distintos para los que fue creado y esto causa la pérdida, parcial o total, de su capacidad para cumplir sus funciones, a esto se le llama degradación. Cuando esto sucede, hay una reducción significativa de áreas forestales, desérticas y selváticas, fauna e incluso bienes y servicios provenientes del suelo.
Además de ser un recurso natural, el suelo también es esencial en la economía, ya que es el principal capital con el que cuenta el productor y por lo tanto, a sus consumidores. Es decir, a todos.
La responsabilidad de cuidarlo es de todos, no sólo de quien depende su trabajo. Es el deber de cada ciudadano el protegerlo, ya que constituye el patrimonio natural del cual depende el bienestar de las generaciones actuales y las venideras.
“Hay suficiente en el mundo para cubrir
las necesidades de todos los hombres,
pero no para satisfacer su codicia.”
Mahatma Gandhi