Muchos objetos y tecnologías que utilizamos en la vida cotidiana llegaron a nosotros gracias a la investigación militar.
El Internet, la comida enlatada, el GPS, los bolígrafos, incluso las gabardinas fueron inventos militares, al igual que ahora lo son las celdas solares diminutas.
Investigadores del U.S. Army han patentado una célula solar fotovoltaica con un tamaño considerablemente más pequeño y de bajo costo en comparación con otro tipo de celdas.
Estas nuevas células son compactas, eficientes y flexibles, son capaces de alimentar cualquier tipo de equipos con un enfoque especial en lugares remotos. Una célula fotovoltaica está compuesta por un diodo semiconductor especializado capaz de convertir luz en corriente eléctrica.
Una vez que la celda absorbe luz, el material del que está hecha se convierte en un portador de carga que genera lo que conocemos como fotocorriente. Las innovaciones que ahora vemos en ellas son parte de un experimento que comenzó y lleva trabajándose casi 25 años.
El secreto de estas nuevas celdas está en las propiedades ópticas de los metales nobles como el oro, plata y cobre. Las celdas tienen pequeñas capas de estos semiconductores y el resultado final son celdas de apenas unos cientos de nanómetros de espesor.
La siguiente etapa de este proyecto es considerar los costos, materiales, flexibilidad y reducción del tamaño. El diseño multicapa ha permitido que la celda sea más pequeña que un grano de arena.
La geometría de esta celda permite evitar el daño y aprovechar la luz al máximo independientemente de su posición, debido al uso de los metales nobles puede absorber, reflejar y transmitir energía de forma controlada.
Esperemos que estas células solares sean otro más de esos inventos que han mejorado la vida de las personas y que se utilicen para construir un mundo mejor en vez de destruirlo.